
21 Jul ¿Cuántos años viviré? ¿80? ¿100?
Seguro que muchos de vosotros os habéis hecho esta pregunta y es que nuestra esperanza de vida se alarga como cual teslescopio.
Como destaca el economista Fernando Trias de Bes en este artículo de EL PAIS, desde la segunda mitad del siglo XIX se ha constatado que ¡el promedio de la esperanza de vida aumenta tres meses por cada año que transcurre! ¿Qué os parece?
Vivir tantos años supone algunos cambios, cierto. Pero que no nos invada el miedo puesto que las oportunidades son colosales. Y es ahí donde me gustaría detenerme para compartir con vosotros una reflexión. Me explico:
Al rondar nuestra edad de mortalidad sobre los 100-110, quizá tendremos más años de calidad de vida ya que dispondremos de más tiempo para invertir en nuestro crecimiento personal.
Actualmente, el hecho de vivir en esta “sociedad líquida” –como decía el recientemente fallecido sociólogo Zygmunt Bauman- vertebrada a menudo por el estrés y el consumismo, nos impide centrarnos en saber qué es lo que nos hace felices y deshacernos de aquello que no nos hace vibrar.
A más años, más tiempo para crecer
Estirar la vida debería darnos la opción de tener más tiempo para aceptarnos y perdonarnos, así como permitirnos dedicar más horas a ser honestos con nosotros mismos y aprender sobre aquello que nos interesa y nos llena.
Una sociedad en la que sus miembros reconocieran la importancia de su crecimiento personal y que se ocuparan de trabajarlo, sería una sociedad más rica, en términos de bienestar y felicidad global.
Si estáis de acuerdo con esta reflexión, compartiréis conmigo que no debemos dejarnos deslumbrar por la desconocida esperanza de vida y en cambio centrarnos de ahora en adelante en aprender a gestionar nuestro tiempo para crecer personalmente.
¿Empezamos? ¿Quién se atreve? 🙂
No hay comentarios